jueves, 29 de septiembre de 2016

Estereotipos de amigos - PARTE 1

Algo que siempre me llamó poderosamente la atención sobre este tópico, son los distintos tipos de personalidades con los que nos podemos llegar a encontrar y con los cuales nos vemos obligados a lidiar dentro de nuestro círculo social. Personalidades que bien pueden resultar encantadoras y atractivas, como también nefastas y monótonas.
 

Es por eso que en este artículo haré mención a las clases más destacadas que, ya sea por pertenecer a un extremo u otro son dignas de un análisis sociológico que solo yo, un desconocedor absoluto en la materia que no lograría juntar ni tres personas para armar un triste picado el domingo, podría hacer.

Arrancamos.

El pajero:

Este triste individuo posee la cualidad de querer voltearse a todo lo que tenga agujero y haga sombra, sin importar que sea un aro de básquet. No puede ver una persona del sexo opuesto sin que le exploten las hormonas, lo cual lo lleva automáticamente a un estado de apareamiento incontrolable, alimentado por la falsa idea de que es una persona atractiva y con levante. Un forro, bah.
Para lograr su cometido apelara a todo tipo de comentarios que en el 99% de los casos aluden de forma ordinaria a los atributos físicos de la persona que tuvo la desdicha de entrar en su campo visual, mientras que el otro 1% consiste en hacer todo tipo de silbidos que a la fecha, su promedio de efectividad continua siendo del 0,0000000000000%.

Esta gente no tiene filtros ni parámetros de ningún tipo a la hora de acortejar al genero opuesto. Es como si tuviesen una ametralladora con munición infinita: le tiran a todo lo que se mueva.

Pasa una chica promedio atractiva y su reacción va a ser:
“Le re doy.”

Pasa una cebra con pollera y su reacción va a ser:
 “Le re doy. Vení que te dejo esas rayas para adentro mamita.”

Y a vos como amigo no te va a quedar otra alternativa que caminar para el otro lado, haciendo de cuenta que no lo conoces, porque lo último que necesitas es que te relacionen con un individuo así.

El mitómano:

Lejos de resultar molesto, el sujeto termina por despertar cierta ternura, ya que no solo él sabe que está mintiendo, si no que el resto del grupo antes de que habrá la boca ya se mira con una sonrisa de complicidad en el rostro, porque saben que va a decir algo que no es verdad. Llega un punto en el que nadie logra mantener la compostura y todos estallan en carcajadas incluso antes de que el mentiroso termine de contar su anécdota inventada. El mentiroso, indignado porque ya nadie le cree nada cuando el mismo sabe que está mintiendo, entra en un estado de reflexión y de una vez por todas decide empezar a decir la verdad.

Para ese entonces ya todo es demasiado tarde, por supuesto. Es tal la fama que se hizo, que ya nadie espera que diga la verdad y toda la gente a su alrededor da por sentado que todo lo que salga de su boca hay que tomárselo con un humor, porque claro, el pobre idiota no tiene la culpa de haber nacido así.

Y todo es broma hasta que un día sucede una desgracia:

“¡Chicos! ¡chicos! ¡Me acabo de enterar de algo muy grave!” grita el mentiroso, irrumpiendo en la sala donde sus amigos se disponían a comer una picada acompañada de un par de cervezas.

Juan, uno de sus mejores amigos de toda la vida, solo se limita a sonreír y le pregunta “A ver Julio ¿Qué te paso ahora?”

“El Gordo Ruben se escapó de la cárcel y sabe que nosotros fuimos los que lo denunciamos a la policía. Está viniendo para acá Juan, dice que nos va a matar a todos. ¡Viene con un hacha!”

Obviamente todo se empiezan a reír. Juan, sonríe mostrando una dentadura perfectamente blanca como la nieve misma, al tiempo que sostiene su pipa en la mano y se pregunta hasta cuando su amigo va a dejar de ser tan pelotudo. “Está bien Julio, gracias por avisar, ahora sentate y comé.”

“¡Es en serio boludo!”
“Ay Julito…hasta cuando vas a dejar de ser tan pel-”

“Pelotudo” había querido decir Juan, pero jamás llego a terminar la frase porque en efecto, el Gordo Ruben se había escapado de la cárcel y le había dado un hachazo con tal fuerza, que hizo que uno de los ojos de Juan saliera despedido de su órbita y fuera a parar directo a la mesa, entre el queso y el salame.

El impuntual:

¿Qué paso que llegas a esta hora? Quedamos en encontrarnos a las dos de la tarde y son las cinco.

¡Uy boludo, no sabes lo que me pasó!


Estos tipos no tienen cura y pueden llegar a sacar de las casillas a cualquiera. Sin importar el lugar y la hora que sea, el impuntual siempre se las va a ingeniar para llegar tarde. Y lo más frustrante de todo es que el impuntual siempre va a tener una excusa para justificarse.
Te manda un mensaje diciendo que llega en diez minutos pero en realidad recién le está poniendo la mermelada a la tostada.
Y si es necesario, como último recurso intentara demostrar que de alguna forma, por alguna razón de tiempo, espacio y materia, vos tuviste la culpa de que llegó tarde. “Lo que pasa es que me pasaste mal la dirección”, “Nunca quedamos en ningún horario,” “Te mande un mensaje avisándote ¿no te llego? Ese celular te está andando mal eh”.

El repertorio de excusas es infinito por lo que es al pedo discutir con esta gente.
  

El neutral:
 

El típico sujeto que se conoce a todos y se lleva bien con todos, sin llegar a establecer un lazo fuerte con alguien. Básicamente la función del neutral es juntar uno o dos dato de cada miembro del grupo que le permita mantener una conversación llegado el incómodo caso en que se encuentre a solas con la persona. Ignorando totalmente el hecho de que muchas veces cuando no se tiene nada para decir, cuando el tema de conversación ya está agotado y no tiene ningún otro tópico con el cual pueda dar pie a una conversación fluida y decente, lo mejor es quedarse callado.
Supongamos que hay una fiesta, el neutral llega al evento dentro de un horario que no califica ni como muy temprano, ni como muy tarde, sino como, valga la redundancia, un horario neutral.                           


Saluda a cada uno con alguna otra pregunta del rigor como “¿qué tal el laburo?” o “¿qué frio no?” ciñéndose al más estándar de los protocolos sociales; cuando de repente ve a fulano sentado en un sillón comiendo una empanada de humita con un vaso de coca en la mano y decide acercarse.
 

En esta situación, el Neutral puede optar por dos cosas:
 

1-Hacer un monologo sobre que significa la empanada de humita para el y porque no es uno de sus gustos preferidos.
 

2-El neutral sabe que a Fulano le gusta System of Down, esta completamente seguro, no solo porque se lo pregunto veinte veces cuando lo vio con una remera de la banda puesta, sino también porque el mismo le dijo en una ocasión que a el también le gustaba y que le parecía una muy buena banda. Esto, sin embargo es falso, porque el único tema de System of Down que escucho el Neutral en su vida fue Chop Suey. Un tema que hasta mi abuela de 80 años seguramente conoce.
 

Pero bueno ya esta ahí. Se acerca a Fulano, Fulano lo mira al tiempo que piensa “Dios mio, por favor que no me venga a decir que el otro día estuvo escuchando Chop Suey porque lo mato.”
 

-Eu, ¿todo bien?
 

-Todo tranqui ¿vos?
 

-También, sabes que el otro día justo me puse a escuchar un tema de System of Down y me acorde de vos.
 

En ese momento Fulano, que estaba completamente inmerso en la conversación, no hace otra cosa que lamentarse al tener que excusarse, cuando de repente se acuerda que tenía que ir a chequear un mail que le había llegado a la mañana de Carrefour con ofertas de 50% de descuento en latas de atún.
 

Pobre Neutral, no es que sea un mal tipo, pero al no tener una personalidad con gustos definidos, nunca termina de encajar en un grupo; y sus amigos no hacen otra cosa mas que preguntarse porque corno lo siguen invitando a las juntadas.
 

El sarcástico:
 

Es aquella persona que diciendo una cosa nos da a entender exactamente lo contrario. Y hasta ahí.
El sarcástico es la clase de amigo más peligrosa de todas, por el simple hecho de que nunca vamos a saber cuándo nos está hablando en serio y cuando nos esta boludeando. Rasgo que lo diferencia de manera tajante del Mitomano.
Supongamos que Mengano lo invita a Sarcastico a su fiesta de cumpleaños, una semana después se lo encuentra por casualidad en la calle y al no haber cruzado palabra con el desde el día del evento en cuestión le pregunta que tal la paso.
 

"Espectacular che, en mi vida me habían honrado tanto al invitarme a un evento de semejante envergadura. La verdad, una velada encantadora. Que se repita."
 

Entonces Mengano se queda pasmado ante la respuesta, sin poder dilucidar si su amigo le está diciendo que la paso realmente bien en su fiesta o que le pareció una reverenda mierda.
 

Esta gente ha llevado el sarcasmo a unos niveles tan altos, que ellos mismos han perdido la noción de cuando están siendo irónicos y cuando no.
 

Vamos con otro ejemplo:
 

Maria se va a trabajar un lunes y decide ponerse el vestido nuevo de color verde que finalmente se decidió a comprar durante el último fin de semana.
 

Lo venía viendo hace un mes, y sin embargo no lo compro hasta ahora porque sabía que primero tenía que bajar de peso o de otra forma, el vestido no le iba entrar.
 

Entonces María decide ponerse bajo un estricto régimen y tras haber ido a correr tres vueltas al parque durante dos semanas todos los días después de cursar, creyó que finalmente había bajado esos 5 kilitos de más que la separaban de poder lucir la preciada prenda.
 

Resulta que después de llegar a la oficina, Maria decide ir a la máquina de café por su cappuccino de todas las mañanas, cuando de pronto en el pasillo aparece Sarcastica y le dice:
 

“Pero que lindo vestido. Te queda pintado eh.”
 

Maria entonces, presa del pánico, no sabe si puede realmente dar crédito a lo que la hija de puta de Sarcastica le está diciendo, que el vestido le queda bien, o que está hecha una gorda de mierda y el vestido no hace más que resaltarle los flotadores que tiene a los costados.
 

Y nunca lo va a saber, porque con la gente sarcastica siempre es así, pero igual por las dudas Maria decide renunciar a la empresa donde había trabajado durante diez años para irse a llorar a su casa y nunca más se vuelve a saber de ella.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Mi amiga Renata

No hay sensación más gratificante en la vida que ayudar a una persona cuando está en apuros. De alguna forma nos hace sentir que estamos desempeñando de manera correcta nuestro rol de ser humano, y esto se intensifica aún más cuando hablamos de un amigo o amiga. Lo malo es que muchas veces la gente abusa de nuestra buena voluntad y pone a  prueba los límites de nuestra paciencia y salud mental.
El otro día me vi envuelto en una situación similar cuando al llegar a mi casa y prender la PC, veo que en mi cuenta de Facebook tenía un mensaje privado. Al abrirlo veo que es de una ex-compañera del secundario. Renata se llama.

El mensaje en cuestión ponía lo siguiente:

-Hola W, ¿estás?

Directamente al punto. Ni un ¿Cómo va? o ¿Cómo estás? No, directamente me preguntaba si estaba, como si yo fuese alguna especie de ente virtual al cual se pudiese acceder mediante invocación cibernética.
Pero bueno, dejando el protocolo social de lado, de más está decir que ni bien leo el mensaje automáticamente supe que el objetivo de mi antigua compañera era preguntarme algo relacionado a las computadoras, más precisamente, a su computadora. Hace años que la conozco, y desde las épocas del MSN Messenger nuestras conversaciones siempre habían empezado de la misma manera. ¿Y por qué tenía que ser diferente? No es como si tuviese algún tema de conversación en común para hablar con ella. Terminamos el secundario y cada quien siguió con su vida.
La verdad es que si bien nunca fui un experto, puedo decir que mis conocimientos en lo que respecta a la informática siempre fueron bastante amplios, por lo que esta chica no es el primer espécimen que se me acerca para hacerme una pregunta de esta índole. Si bien su proceder puede ser considerado como más que cuestionable, le conteste ni bien leí el mensaje.

-Renata, buenas noches.

-W ¿Cómo andas? Necesito tu ayuda.

-Obviamente Renata, el día que me hables para ver como estoy voy a llamar a la policía.

-Jjajajajajajajaja  sos ¿eh? Hace banda igual que no te pregunto nada, así que no te podes quejar.

-Está bien, igual la culpa es mia por no haberte borrado del Facebook en su momento, pero bueno decime. Vamos, por los viejos tiempos al menos.

-Jjajajajaja que boludo.

-¿Qué te paso esta vez? ¿Se volvió a colgar el paint? Cuando es así ya te dije que no queda otra que formatear.
-Nooooo esta vez no tuve ningún problema con el paint jajaja

-¿Entonces?

(¿Posta antes había tenido problemas con el paint? La verdad que ya ni me acuerdo, pero todo puede ser con esta chica.)

-Me compré una compu nueva pero estoy teniendo problemas para configurarla.

(Cuando me dice que estaba teniendo problemas para configurar la máquina, justamente ella, automáticamente me imagine al típico chico estadunidense de segundo grado tratando de disecar una rana por primera vez, sin saber que mierda tocar. Pero en fin.)

-¿Configurarla? A la mierda, estuvimos usando el diccionario parece.

-Dale, pelotudo, en serio. No tengo sonido.

-Si la instalaste desde cero, vas a tener que instalarle los drivers.

-¿Y eso? Mira que es de las nuevas eh, enchufe los parlantes y prendieron de una no tuve que instalar de una.

-…

-¿Vos decís que vinieron fallados los parlantes?

-Sin duda algo vino fallado, pero no son precisamente los parlantes…

-Bue, si te vas a poner en boludo deja no me ayudes nada.

(No le vuelvo a responder, creyendo –pobre iluso- que la pesadilla había terminado. Pasan 20 minutos y me vuelve a hablar.)

-W

-¿Qué?

-No puedo instalar el sonido.

-…
-Tenés que instalar los drivers de sonido, no importa que los parlantes estén enchufados.

-¿Y los drivers de donde los saco?

-Del CD que te vino con la máquina. O sea, me estás hablando por Facebook, pon ende tenes internet, por ende en algún momento instalaste la placa de red, wifi o lo que fuese.

-¿Bajo el sonido de internet decís?

-USÁ EL FUCKING CD RENATA!!! AHÍ TENES LOS DRIVERS DE LA PLACA DE SONIDO!!!

-Bueno pero no te pongas así.

-Pero me haces enojar, carajo.

- :(

(Pasan como diez minutos)

-W

-Eh

-No encuentro la opción para instalar el driver del sonido.

-A ver, pásame un screeshot.

-¿Un que?

-Una captura de pantalla

-Aaaaaah, ok.

(Pasan fácil, veinte minutos mas, cuando me habla, me manda una foto de la pantalla sacada con el celular…)

-Ahí ta, tardé porque no encontraba el cable para pasar las fotos desde el cel.

-…

-¿Qué? ¿Qué hice ahora?

-Renata

-¿Qué?

-No hagas mas nada, deja todo como esta.

-¿Y el sonido?

-Te vas a tener que olvidar de el.

-Dalee boludo, ayudáme, no seas así.

-No pasa por querer ayudarte o no Renata. Yo lo intente, Dios sabe que lo intente, pero no puedo.

-Decime donde tengo que apretar, nada mas.

-Andá a inicio.

-Si.

-Click en la opción “Apagar sistema,” se te va a cerrar todo, fijáte que no haya quedado ningún documento sin guardar.

-No, no, ¿cierro todo nomas?

-Si.

(Pasan dos minutos y me vuelve a hablar, asumo que desde el celular.)

-Listo, ah¬í se apagó todo ¿Y ahora?

-Andá a dormir.

-DALE PELOTUDO!!!!!!!

-Pero que no sé que más querés que haga, hace dos horas te vengo diciendo que tenes que instalar los drivers de la placa de sonido.

-Si, pero te estoy diciendo que no ecuentro la opción.

-A ver, decime que te dice exactamente la pantalla.

-Me salen todas palabras en inglés, tools, utility…

-Eso mismo, fíjate que en algún lado está la opción para instalar los drivers de sonido, generalmente dice “Realtek” o algo parecido.

-A ver

(Pasa como una hora, para ese entonces yo ya había apagado la PC y me tire en la cama a ver Netflix. Como no me volvió a hablar asumí que ya había logrado instalar el sonido. En ese momento me llega un mensaje, el cual veo desde el celular.)

-W.

-¿Qué pasa Renata?

-No lo puedo instalar.

-Renata

-No encuentro la opción, ya toque todo y nada, reinicie la compu dos veces y nada.

-Basta.

-Los parlantes son marca Genius pero en el CD no dice Genius por ningún lado.

-Basta, Renata. Date cuenta que si no lo pudiste instalar hasta ahora ya no lo vas a conseguir.

- :(

-La única forma en la que esa computadora tenga sonido es que se teletransporte Bill Gates a tu casa y te lo instale. Sos una inepta.

-Me parece que te estas desubicando.

-En lo que vos tardas en instalar un driver, un chimpancé se termina la carrera de ingeniería en sistemas en la UTN. Con honores.

-Andáte a la mierda.


La conversación lamentablemente llega hasta acá. Yo no le di más bola y seguí con mi vida. Después, mucho después, al día siguiente cuando llego del trabajo, reviso mi Facebook y detecto que el número de mi lista de amigos se había reducido un numero…

Evidentemente se tomó a mal lo que le dije, pero es que sinceramente llego un punto de la conversación en el que pensé que realmente me estaba tomando el pelo. La realidad es que le tuve paciencia. Ella sabe que le tuve paciencia. Ustedes saben que le tuve paciencia.

Y digo lamentablemente porque ahora lo malo es que me carcome la duda de como corno hizo la mina para llegar a terminar el proceso de instalación de Windows, si la maquina le vino en cero y no es fue de instalar un triste drive de sonido.

En fin, tendré que esperar a alguna de esas reuniones del secundario que se hacen cada veinte años y preguntarle…




domingo, 4 de septiembre de 2016

El amor es perjudicial para la salud

Por mucho que tratemos de ocultarlo, todos tenemos un lado tierno dentro de ese universo de elementos ilimitados que constituyen nuestro ser. Y esto se debe a que por naturaleza, el ser humano es un ser sensible. Tratar de convencerte de lo contrario no solo es engañarte a vos mismo sino que también es estúpido.

El ser humano insensible no existe. Todos, inevitablemente, sentimos algo por alguien. Ya sea cariño, lastima, aprecio, indiferencia, odio o hasta el dichoso amor; que es el tópico del que va a tratar el siguiente artículo, más precisamente de lo que vendría a ser el amor en la vida en pareja. 


Porque ahora parece que por alguna razón, se pusieron de moda los sentimientos.

Si, ya sé, seguramente estarás pensando “¿Y vos W que podés saber del amor en la vida en pareja si sos un sorete?” Pero esto no tiene que ser necesariamente asi. Como ya explique más arriba, desgraciadamente inevitablemente y como parte del tedioso proceso que conlleva ser una persona en toda su magnificencia, todos sentimos algo por alguien. Incluso yo, o vos, ahí con el celular al lado esperando fútilmente que esa persona que tanto te gusta te mande un triste mensaje de Whatsapp para saber si seguís vivo o finalmente dejaste de respirar.
¿Es así o no? No me equivoco, todos en algún momento de nuestras vidas experimentamos problemas de esta índole. Y por supuesto que esto clasifica como “tener sentimientos por alguien” solo que en esta ocasión, los mismos no son correspondidos y vos terminas aplastado bajo el peso de las ilusiones que vos mismo generaste.

Pero bueno este artículo no es para hablar de relaciones fallidas sino para meternos de lleno en lo que es la vida en pareja, y para eso es menester que hablemos del amor, lo que nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué es el amor?

Hoy en día y basándonos en un enfoque pura y exclusivamente contemporáneo podemos decir con certeza que el amor consiste en dos personas que están todo el día con el celular mandándose mensajes y stalkeandose como dos psicópatas.

Algo tan básico como el buenos días fue remplazado por un tedioso interrogatorio donde cada una de las respuestas será milimétricamente cronometrada a fin de saber qué es lo que está haciendo el otro, en donde, con quien, y cuanto va a tardar en hacer lo que sea que este haciendo.
Las charlas rutinarias que por lo general se utilizan para desear un buenos días ya no pueden consistir en un “Buenos días amor.” “Hola gorda ¿Qué hacías?” “Acá, laburando ¿vos?” “Igual, ¿nos vemos hoy?” “Si si, te dejo porque estoy trabajando.” “Ok.”

Desde luego que no, ahora algo tan simple como eso fue remplazado por esto:

“Hola amor, como estas?”
 

“Bien amor, vos?
 

“Bien, bien, sabes que a comparación de ayer me respondiste con 0.2 segundos de retraso. ¿Paso algo?”
 

“No, debe ser que como estoy en el subte no agarra bien la señal.”
 

“Ah, mira, estas en el subte, que raro porque siempre vas en colectivo al trabajo. ¿Pasó algo?”
 

“Salí tarde y se me complicaba para llegar al laburo.”
 

“Ah, mira, ¿Pero como saliste tarde? ¿No venís de tu casa?”
 

 “Si, pero me levante tarde.”
 

“Ok, igual ¿puede ser que estas un poco enojada?”
 

“No ¿por?”
 

“No nada, estas como rara, porque por lo general usas más caracteres para hablar.”
 

“Mira Gustavo, la verdad que no estoy enojada pero me estas empezando a romper un poco las pelotas.”
 

“Bueno gorda, pero no te pongas así, te amo.”
 

“Bueno pero sabes que me jode cuando te pones en pesado.”
 

“Perdón, pero bueno ¿entonces no estas enojada?”
 

“No.”
 

 “Igual mira, estas re cortante para responder, si estas enojada o estas saliendo con otro por lo menos decímelo”.
 

“Gustavo.”
 

“¿Que?”
 

“No me estoy garchando a nadie.”
 

“Bueno pero entonces estas enojada.”
 

“Anda a la puta que te pario.”

Esta patología que denominaremos El síndrome del forro se genera a partir de una serie de inseguridades que tiene la persona, que si bien yo para dar el ejemplo tomo la figura del hombre también se aplica a las mujeres. La falla está en la falta de esa célula conectada al cerebro que sirve para decirte flaco, estas siendo demasiado molesto.

Lo peor es que cuando el nivel de cursilería y empalagosidad se traspasa también a la pareja, y entonces no tenemos a dos personas molestas sino a dos.
Dos personas que vos conocías, amigos tal vez, que de repente y poco a poco empezás a ver que sus vida se simbiotizan. Al punto enfermizo de que ninguno puede hacer o ir a ningún lado sin el otro.
Te vas a empezar a dar cuenta por ejemplo cuando les veas el celular. Vas a notar que los muy idiotas se van a tener agendados como “Amor” y en Facebook los dos van a tener una foto de perfil con el otro. Te vas a dar cuenta también que encima de cursis, son básicos y cuando vas a empezar a sentir las primeras arcadas.

Es importante que sepas que de tener un amigo que este empezando a dar sus primeros pasos en esta senda de mediocridad y demostraciones de afecto innecesario, sin importar cuantos años de amistad los una, la misma quedará automáticamente anulada en el momento en que el susodicho entre de lleno en esta etapa, la más peligrosa de todas: el hombre enamorado. Porque como bien dicen por ahí, hombre que se enamora, es hombre muerto.
Atrás quedaran las charlas legendarias acompañadas con una pizza y una buena cerveza fría.

Para entonces, el parasito habrá tomado total y absoluto control del cuerpo y apenas lograras reconocer a tu amigo. Ahora, tan solo un mero esclavo de este parasito denominado amor.



Y si sos mujer lo mismo. Da por terminadas las juntadas para ir a comprar zapatos porque ahora tu amiga tiene dueño y solo te va a hablar para que la consueles cuando el pibe la cague o la maltrate, porque encima de traidora la muy boluda va ir y se va a poner de novia con un salame.
Y vos como amiga de fierro que sos vas a estar ahí para decirle al igual que en las otras veinte o treinta veces anteriores que lo deje, que el pibe es un boludo y no va a cambiar. Pero tu amiga presa de aquella mezcla de sentimientos que la han aplastado, sin importar lo que le digas le va a creer al novio y va a volver con él.
Y como buena amiga que sos, te vas a poner mal por ella, porque es tu amiga y la querés. Y justamente porque la querés, cuando se vaya para volver con el novio y perdonarlo después de haberse tomado por trigésima vez uno de aquellos famosos “tiempos”, vas a desear que cuando cruce la pise un auto así finalmente deja de sufrir, sale de ese círculo vicioso y vos tal vez puedas dormir la siesta en paz sin que nadie te joda la existencia.

Muchas veces lo peor en estas relaciones no es el exceso de afecto, cuando este se vuelve desmedido al punto de llegar a la obsesión, sino cuando la relación se murió hace tiempo y ni el ni ella se dan cuenta y por una cuestión de costumbre y comodidad siguen juntos, incapaces de salir de la prisión que ellos mismos crearon donde no solo están atrapados ellos, sino también nosotros, vos, como amigo tratando de ayudar te ves condenado a escuchar las divagaciones del flaco sobre la mina, sus idas y vueltas cuando vos sabes perfectamente que la mina no lo quiere. Pero a su vez, por una cuestión de inercia, ella tampoco lo deja.

Y es en este tramo final donde concluimos que el amor lo único que hizo fue destruirlo todo. Los consumió como un virus mortal y en donde antes habían dos personas que ponele que se querían, ahora hay dos despojos humanos incapaces de librarse de esa cárcel que ellos mismos construyeron. Y vos estas ahí, como un alma en pena, desempeñando el papel de amigo y la nefasta tarea de tratar de establecer un equilibrio entre dos desequilibrados.

¿Y que podes hacer vos llegado el punto de encontrarte en esta situación? Fácil. La clave es no sucumbir ante la sumisión, tené en cuenta que cuanto mas das, peor es. Una vez que le dijiste “te amo,” fuiste. Vas a empezar a dejar a tus amigos de lado y a vos mismo, absorbido en una relación en donde si lo entregas todo sos un pesado, pero si querés poner un poco de espacio, no te interesa la relación. Entonces vos, sin darte cuenta, dejas de ser un ser humano y pasas a ser un espectro.

Por eso mi consejo es que no se enamoren, o de ultima no le digas “te amo,” un “me pareces copada” es igual de afectuoso y a la larga te evita muchos problemas.

Si el articulo te gusto, sentís que de alguna forma modifico el curso de tu existencia y/o consideras que ahora sos una persona espiritualmente superior, te pido que lo compártas.


Buena semana.