martes, 21 de febrero de 2017

Verano, te desprecio

El título que antecede a este artículo puede que les resulte algo pretensioso, puesto que por esta época del año somos muchos los que solemos quejarnos de las altas temperaturas que nos azotan sin tregua alguna, mientras salimos a la calle a ejercer nuestras actividades cotidianas. Sin embargo, desde que tengo uso de razón, recuerdo que siempre sentí bastante más antipatía y repulsión hacia el verano y todo lo que esto representa.

Un desprecio que va más allá de cualquier imprecación esporádica que vos puedas lanzar durante el día como por ejemplo “¡pero que calor de mierda che!” Porque dentro de todo vos podes seguir con tu vida, y de alguna forma te adaptas a las circunstancias. Lamentablemente lo mío no termina ahí. En mi caso es una batalla constante que tengo que librar segundo a segundo para no perder los estribos y asesinar gente.

Cuando me preguntan que pienso del verano, no puedo hablar del tema sin terminar hablando –valga la redundancia- de odio. Un odio desmesurado de proporciones colosales que, por más que me pusiera dos horas frente a la pantalla tratando de ubicar en Google los conceptos adecuados para describirlo, me resultaría imposible.

Pero vamos, antes que nada, quiero dejar en claro que mi odio por el verano no es algo que se limite pura y exclusivamente a las temperaturas. Claro que no. Mi mayor problema con esta nefasta estación es que logra sacar lo peor de mí, al tiempo que potencia la imbecilidad de la gente. Como si se la inyectaran, cual esteroides.

Ya bastante tengo con lidiar con este calor sofocante para que venga un salame a decirme “¡uh, que pesado que está che!”, todos los días sin excepción alguna. Pesadas tengo las pelotas, de gente como vos, que no hace más que recordarme a cada instante lo agónica y sufrida que es mi existencia con este calor del ojete.

Y lo peor de todo es que aunque le dejes de hablar, siempre va a haber alguien que tome su lugar. Son como las serpientes de la cabeza de Medusa. Por más que le cortes una, automáticamente le vuelve a crecer otra.

En el trabajo tampoco estas a salvo ya que por más aire acondicionado que haya, nunca va a faltar el subnormal de turno para quejarse diciendo que tiene frío y que por favor le suban un poco la temperatura. Claramente sin percatarse de que hace 35° y es tal el calor, que ves a todos tus compañeros como si fuesen manchas borrosas en el horizonte.

Entonces no queda otra que subir el aire a 26, porque es eso o agarrar a golpes a tu compañero con el teclado, hasta dejarlo en el piso con la cabeza hecha una pulpa, inmóvil, sobre un charco espeso de su propia sangre.

La vuelta a tu casa, es igual y hasta más de tortuosa que la ida. Porque mientras que en la ida viajas incrustado como si fueses una pieza de tetris, al tiempo que los orangutanes que viajan con vos te preguntan una y otra vez “¿bajás?” sin importar la posición en la que te encuentres, la vuelta incluye exactamente lo mismo con la diferencia de que suma a algún músico ambulante. Esto es genial, porque de seguro no hay nada más placentero que hacer la vuelta a tu casa, al tiempo que un flaco te canta Los Chalchaleros en la oreja; o que un vendedor ambulante te haga escuchar un combinado con los mejores melódicos de 2016. Todo eso con 40° de térmica. Magistral.

Los amigos también suelen ser un inconveniente por estas fechas. Engañados desde pequeños por sus padres con la idea de que los días calurosos hay que salir a disfrutarlos al aire libre con amigos bajo el sol, y si es posible en una playa, lejos de facilitarte la vida te la terminan complicando aún más.

A ver, intentaré ser lo más claro posible. Lo que para vos es un “lindo día”, así, todo feliz tomando sol en medio de los pajaritos como un idiota, para mí es un momento de angustia y miseria que no voy a poder recuperar nunca.

Lo mismo pasa si me invitan a vacacionar en una playa. Simplemente no es lo mío. Son mis vacaciones, lo único que quiero es perderme en las montañas, acampar frente a un lago y por las noches disfrutar de un buen libro, sentado contra la corteza de un árbol, mientras oigo crepitar las llamas de mi fogata, con el sonido de unos grillos de fondo. Hijo de puta andá vos a fumarte la arena, el sol y toda esa horda de gente molesta que no hace otra cosa más que generar calor, con un forro que cada dos por tres pasa gritando “¡¡hay gaseosa, sombrilla, palito bon o bon helado!!” Quiero a toda esa gente bien lejos de mí, y a vos también si es posible.

Les juro que al tiempo que escribo estas líneas para poder compartirlas con ustedes, tengo que el aire en 22 y un ventilador de metal con el botoncito de mayor velocidad presionado, y aun así tengo calor.

Hoy durante el día me bañe cuatro veces y aun así tengo calor.

Me voy a ir a dormir pensando en el calor que va a hacer mañana y que cuando me levante seguramente me tenga que cambiar, como todos los días, con el ventilador apuntando directamente hacia mi cuerpo mientras me pongo la camisa que –como todos los días- va a parecer una cartulina.

Te odio verano, odio todo lo que representas. Odio a la gente que te disfruta, odio la playa, te odio a vos que estás leyendo esto y por sobre todas las cosas, odio mi existencia.

“Bueno W, pero a mí no me odies, yo odio el calor tanto como vos, venga ese abrazo compadre”.

No me interesa, y no te me acerques porque te pego dos tiros. Andá a llevar tu cariño y tu calor corporal a otra parte. Subnormal.

jueves, 9 de febrero de 2017

El otro día intenté ayudar a un amigo...y fallé miserablemente

Si hay algo que jamás pude hacer es autodefinirme como persona. Y no porque carezca de la capacidad y/o recursos para hacerlo, sino porque siempre lo vi como algo muy pretencioso. Andar por la vida describiendo mí forma de ser a cuanto individuo se me cruce y de alguna manera justificar mi manera de proceder es algo que sencillamente no va conmigo.

Hablar poco y nada sobre mi persona fue lo que tal vez hizo que se desarrollara más mi capacidad para escuchar a los demás –amigos, familiares, lo que sea-. Prestarles un oído y tiempo libre para que me cuenten sus problemas y posteriormente tratar de aportar alguna idea que les ayude a resolverlos.

El otro día justamente, un amigo me comentaba que estaba atravesando momentos difíciles con su pareja actual. Me llamó por teléfono y quedamos en encontrarnos en el barcito que está a dos cuadras de mi trabajo para charlar un poco sobre el asunto y de paso ponernos al día con los distintos tópicos.

Con la cerveza a menos de la mitad y la bandeja de manís vacía, mi amigo se me acerca y prácticamente en un susurro, apenas audible, me dice: “Con Camila esta todo mal, nos estamos por separar”.
“Bueno, sepárense,” le digo yo y le hago una seña al mozo para que nos traiga la cuenta. Listo, pensé que la cosa moría ahí pero no. Resulta que el tipo se pone mal y comienza a lanzar imprecaciones hacia mi persona, diciendo que soy un sorete sin sentimientos entre otras vejaciones, por lo cual decido quedarme para que me cuente con lujo de detalles la versión “extendida + comentarios” de su melodrama. Maldita amistad.

Cuestión que después de haber hablado durante horas, todo para que yo termine diciéndole a mi amigo las cosas más trilladas estilo “dale tiempo” “vas a ver que después ella te va a llamar,” entre otras huevadas más, que a fin de cuentas era lo que él quería escuchar, llego a mi casa con el solo propósito de darme un ducha y acostarme a dormir, pensando que todo el asunto había llegado a su fin y que había desempeñado mi rol de amigo de manera impecable.

Pobre iluso.

Me acuesto a dormir solo para despertarme de un sobresalto en medio de la penumbra y divisar con la vista medio entorpecida que la pantalla led de mi celular se había encendido. Lo cual solo podía significar una cosa: alguien me estaba llamando por teléfono.
Me fijo la hora y eran exactamente las tres de la mañana. Lo raro es que yo el celular siempre lo tengo silenciado, por lo que no puedo decir que fue el timbre del teléfono lo que me despertó. Fue algo muy extraño, por un momento me acorde de aquella escena de la película El exorcismo de Emily Rose, cuando Jennifer Carpenter se encontraba durmiendo plácidamente en su dormitorio de la universidad y de repente se despierta también justo a las tres de la mañana ¿se acuerdan? Resulta eran varias entidades demoniacas que se le estaban metiendo en el cuerpo. Excelente película, si no la vieron deberían hacerlo. Pero a donde quiero ir realmente es a la escena en sí. Porque si algo me enseño dicha escena es que cualquier cosa que te despierte a las tres de la mañana no puede, de  ninguna manera, tener buenas intenciones.

Y en efecto, no estaba equivocado. Era este tipo. Mi amigo. Que evidentemente había tenido una baja emocional y no tuvo mejor idea que llamarme por teléfono. Como si mi casa fuese un centro de asistencia para gente emocionalmente desequilibrada.
No atendí, por supuesto. En un par de horas me tenía que levantar para ir a trabajar por lo que me limite a girar hacia el lado de la pared de mi cama para volver a conciliar el sueño.

Al día siguiente, en el trabajo recibo dos llamadas y varios mensajes de parte de mi amigo. Todos iban más o menos por el lado de “Hola” “¿estás?” “avísame cuando estés”.
El problema con los amigos, creo yo, es que tienden a tomarse demasiado en serio aquella célebre frase “los amigos están en las buenas y sobre todo en las malas.” El problema con esta frase es que el subnormal que la invento, claramente era un vago con aires de bohemio revolucionario que no tenía un pito que hacer de su vida. La frase completa tendría que ser “los amigos están en las buenas y sobre todo en las malas…pero no abuses, no seas un pelotudo absorbente carente de la más mínima pizca de ubicación y anda a laburar, escoria social.”

Como no tuve oportunidad de responderle por obvias razones –estaba trabajando-, no me sorprendió en lo absoluto encontrarme con varios mensajes suyos al abrir mi cuenta de Facebook:

-W!!!!! - 3:15 AM
-¿Andas por ahí? - 8:30 AM
-Por favor háblame cuando estés que necesito hablar con vos – 13:30
-¿W? - 14:20
-??? - 15:45

Los mensajes tenían ese toque de desesperación mezclado con pánico y patetismo que siempre habían caracterizado a mi amigo. A ver, como podría explicarlo para quienes no lo conocen. Javier es de esas personas con la cualidad de avergonzarse a si mismo en cualquier situación sin importar contexto y/o formato. La imbecilidad que define su persona es capaz de percibirse incluso a través de un triste mensaje de texto.

Por supuesto que a mí no me basto más que leer sus mensajes para saber que mi amigo Javier había sido despojado por completo de la poca dignidad que alguna vez tuvo, y que se encontraba más allá de toda salvación posible.

Aun así, se ve que la llama de la amistad continuaba ardiendo dentro de mí. Porque sentí aquel último impulso de intentar revertir lo irrevertible, de recuperar lo irrecuperable. Un esfuerzo final por hacer entrar en razón a mi amigo, cuando bien sabía que la batalla estaba perdida hace rato.

Fue así como dio inicio mi odisea:


-Hola, Javier.

-Hola W ¿Cómo estás?

-Bien, ¿vos?

-Y maso…te mande mensaje hoy ¿Lo viste?

-MensajeS. Si, los vi. Estuve tapado de trabajao hoy, por eso no te pude responder ni los mensajes, ni las llamadas.

-Ah ok, ¿y ahora podes hablar?

-Digamos que si ¿Qué pasó?

-Es que ahora no se si decirte jaja.

-¿Me estas jodiendo? Dale, decime que pasó.

-Es que vos vas a decir que soy un boludo seguramente.

-No sé si seguramente, pero posiblemente.

-Jajajajajajaja

-Javier.

-¿Qué?

-Dale, decime. No esperes a que sean las cuatro de la mañana para llamarme por teléfono

-JJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA 

-Psicópata

-Perdón =(
Es que necesitaba hablar con alguien

-Bueno entonces dale, decime porque si no me voy a dormir y no te pienso atender el teléfono. Tiene que ver con Camila ¿no?

-Si

-….
Camila AGAIN Parte 20

-No seas así, estoy mal

-Créeme si te digo que se nota bastante. ¿Y qué pasó? ¿Te llamó?

-No, yo la llame.

-Pero ¿Javi sos boludo? Te dije que esperaras a que te llame ella. ¿Me explicás para qué mierda la llamaste vos?

-Porque no me respondía los mensajes.

-No te la puedo creer.

-¿Qué?

-¿Cómo “”QUE””? Encima que no te responde los mensajes, lo cual es una clara señal de que no tiene ganas de hablar con vos, vas y la llamas por teléfono. A veces te juro Javito, que pareciera que entrenaras para ser pelotudo.

-Bueno pero tampoco me digas así que no me gusta.

-Pero de verdad te digo, Javi. ¿Hace cuánto que estamos con este tema?

-Y…ya hace más de tres años que estamos con Cami.

-Y en estos tres años ¿Cuántas veces se pelearon? ¿500 veces?

-Ves??? Ya empezas a bardear!!

-Hace la cuenta boludo, yo lo único que quiero es ayudarte. Mirá, a razón de pelearte día por medio nos da un total de 546 discusiones en tres años.

-Bue

-Man, de verdad, sacá las cuentas. Ahora multiplica esos 546 por el número de veces que me habrás llamado a mí y te va a dar un promedio de aproximadamente 1638 llamados.

-Pensé que éramos amigos, si querés te pago las consultas. Disculpa.

-Y somos amigos Javi, pero hay algo que tenes que entender de una vez: ella no te quiere.

-Al final no se para que te cuento todo esto si sabía que ibas a terminar pensando que soy un boludo.

-No creo que seas un boludo en lo absoluto.

-¿De verdad me decís o estas siendo sarcástico?

-Te lo digo de verdad, porque hasta para ser un boludo hay límites. Lo tuyo ya es más de chimpancé retardado.

-Eeeeeeeh, bueno ahí ya me parece que te estas yendo bastante a la mierda.

-Para nada, te lo digo así porque sos mi amigo y te quiero.

-Bue, perdona. Lo que pasa es que todo este asunto me tiene muy angustiado y me ya me la agarro con cualquiera. No te enojes.

-No me enojo Javi, estoy para ayudar.

-¿Sabes que creo yo?

-¿Qué?

-Que esta con otro flaco.

-¿Vos decís?

-Si, un tal Marcos, compañero del laburo.

-Entonces misterio resuelto.

-¿A que te réferis?

-A que no te atiende el teléfono justamente porque debe estar teniendo sexo con este Marcos. Seguramente en este preciso momento.

-Boludo no me lo digas así que me muero!!!!! PERO ANTES LA MATO A ELLA TE JURO!!!!

-Tampoco la pavada, tiene solución.

-¿Si? Boludo te juro que a veces pienso que me estas boludeando.

-Me ofendes Javi.

-Bueno entonces decime ¿Qué hago? No paro de pensar loco, tengo la cabeza que me explota. Puse la música a todo trapo para ver si me despejo un poco pero no hay caso.

-Que no cunda el pánico. Escucha Javi ¿Cómo venís de memoria en el cel?

-¿Eh?

-La memoria interna del celular ¿Cuánto tenes de espacio?

-Ah, eso, tengo banda ¿por?

-Listo entonces, bajate el Tinder.

-El Tinder????????????

-Bueno, el Badoo.

-PERO LA CONCHA TUYA!!!!!

-Es que no sé de qué otra forma te puedo ayudar. No puedo ir hasta la casa de Camila, y a punta de pistola obligarla a que te responda los mensajes. Mas si esta con este otro muchacho. Cosa que no me extrañaría por cierto…

-Eh??? ¿¿¿Por qué lo decís???

-Ay Javier, por favor.

-????????????

-En el barrio la gente comenta.

-QUE COSA???????

-Que paso de mano en mano Camila.

-Naaah, estás diciendo cualquiera, una cosa es que me forrees a mí, pero no te voy a permitir que hables así de Cami.

-Javi

-No boludo salí.

-Minotauro te dicen en el barrio.

-ANDÁ A CAGAR PELOTUDO.

-Si vos mismo me estás diciendo que crees que te engaña con un compañero de laburo ¿Por qué se te hace tan difícil pensar que te haya sido infiel antes?

-Boludo me lo estás diciendo en serio??? SE ME CAEN LAS LAGRIMAS CHABON YO YA NO PUEDO MAS DECIME QUE ES UNA JODA. TE JURO QUE LA VOY A MATAR Y DESPUÉS ME MATO YO!!!!

-No hagas locuras, Javi.

-No me vengas con eso chabón, que ya no te creo una mierda. Lo único que hiciste desde que empezamos a hablar fue tomarme el pelo!!

-¿Vos pensas que me tomaría todo este tiempo para hablar con vos si no me importaras? Yo lo único que busco es tu felicidad.

-No se…necesito tiempo para procesar todo esto. No me la quiero agarrar con vos chabón, en serio. Perdoname.

-No pasa nada Javi, para eso son los amigos. De última si te queda remordimientos después me compras una grande muzzarella.

-Bue…jajaj está bien, que fácil es comprar tu perdón.

-Siempre me caractericé por mi humildad, lo sabes. Además, cualquier cosa con tal de verte bien.

-JAJAJAJA sigo pensando que me estas boluedando chabón.

-Never in the life.

-¿Y con Camila? ¿Qué sugerís que haga con ese tema?

-Es que no se puede hacer nada. Lamentablemente la traición es una herida que cierra nunca.

-No me digas eso que me matas!!

-Vas a tener que vivir con ello Javi, te lo digo así porque te quiero. Los gemidos de Camila teniendo sexo con su nuevo novio, es algo que quedara retumbando en las profundidades de tu imaginación, por siempre. Pero acá va estar tu brother, para darte ánimos, vas a ver.

-Sos un hijo de puta. Ya no tengo más dudas.

-No seas así Javi. Quiero que seas feliz.

-Andá a la puta que te parió!!!!

(Me bloquea)

Quiero dejar esta conversación así, como registro de que di todo de mí para ayudar a mi amigo Javi. Pero lamentablemente hay gente simplemente no se deja ayudar.
Esa misma noche volvimos a tener una última conversación telefónica donde me dejo bien en claro que nuestra amistad había llegado a su fin.

Más tarde le mandé un mensaje para preguntarle si por lo menos me iba a mandar la pizza, pero no me respondió.

No importa. Puede que haya dado todo por un amigo y a cambio recibí una daga enterrada en el corazón pero está bien, sé que hice todo por ayudar y esta noche voy a dormir con la conciencia limpia.

Donde quiera que estés Javi, quiero que sepas que no te guardo ningún rencor. Un abrazo, hermano.