martes, 5 de septiembre de 2017

Conversaciones de ascensor

Para algunos el escenario número uno en generar temas de conversación por excelencia. Para otros un sitio inhóspito y sombrío capaz de dar lugar a todo tipo de encuentros potenciados por un factor aleatorio que siempre dice presente, ya que una vez que ponemos los pies dentro, no sabemos con qué tipo de criatura nos podemos llegar a cruzar.
   
No obstante, la realidad es que todos; desde el salame que fuerza los encuentros para toparse con la mina que le gusta creyendo que si los hace parecer de forma casual se va a terminar casando con ella, hasta el antisocial que prefiere subir cuarenta pisos por escalera antes de tener que decirle “Buenos días” a otro ser humano; TODOS en algún momento de la vida hemos hecho uso de este endiablado artefacto llamado ascensor.
 
Hoy te voy a mencionar lo que a mi criterio son los temas más comunes que la gente, vaya Dios a saber porque, no se cansa de sacar una vez que estamos adentro de estas trampas mortales.

1-El tiempo

No puede faltar. El campeón imbatible en la Liga de Temas de Conversación Irrelevantes y Forzados. El tópico que las personas no se cansaran de utilizar una y otra vez, a fin de lograr que el trayecto (ya sea subida o bajada) sea más placentero para todos. Como si tuviesen miedo de que si no hablan del bendito tiempo ni bien se terminen de cerrar las puertas del ascensor, el mismo se vendrá abajo, precipitándose trágicamente al vacío y llevándose la vida de todos los ocupantes en un festival de sangre, tripas y vasitos de café de McDonald’s. 

“Está re pesado, ¿no?” 

“La verdad que pesado estás vos, que cada vez que te cruzo en este ascensor del ojete para ir a trabajar, me tengo que fumar la misma pregunta pelotuda de siempre, la concha bien de tu madre, subnormal de mierda. Ah, piso 12, acá me bajo yo. Buen día.”


 2-La fecha

El personaje que se ve en la necesidad de recurrir a este tópico es incapaz de hacer el trayecto en silencio así sean cuatro pisos. Por lo que se ve obligado a hacer preguntas que, o bien ya sabe la respuesta, o las tiene enfrente de sus narices, como suele pasar por ejemplo con el día de la semana y la fecha.

“¿Hoy que es? ¿20?” Te pregunta el destructor de hielos profesional, cuando sabe muy bien que no puede vivir sin mirar la pantalla de su celular ni por una milésima de segundo, porque no vaya a ser cosa que le llegue un nuevo aviso de actualización de la calculadora. 


Decime, ¿Tu celular no te muestra la fecha exacta en la pantallita con apretar literalmente un jodido botón? ¿O tenés configurada la hora de Emiratos Árabes? Salame.

O si no te tienen que recordar que día de la semana es, y cuantos faltan exactamente para que la misma concluya. Porque claro, no nos olvidemos de que vos vivís en una cueva aislado de la civilización, donde lo más tecnológico que tenés es la gomera con la que salís a cazar las palomas que después te comes a la parrilla.

“Miércoles ya. Dos días más para el finde.”
 

“Ah mirá vos che, y yo que pensé que esta semana iba a ser más corta y después de hoy se reseteaba todo y volvíamos al lunes. Gracias por el dato. Tomá una galletita. Saltá, saltá.”


3-El fin de semana

Si ocasionalmente te ves obligado a compartir el ascensor con alguien un lunes por la mañana, da por hecho que tarde o temprano  te vas a encontrar hablando de esto. No importa si las únicas palabras que cruzaron hasta ese entonces fueron “Hola, buenos días” y “Chau, buenas tardes.”
 

La situación empezará, en el 99,99% de las veces, con un prolongado suspiro de tu interlocutor quien te dirá algo parecido a esto:

“Otra vez lunes.”
 

“Y si,” le vas a decir vos, tratando de ser lo más breve y tajante posible.

Por desgracia tu treta de poco va a servirte, ya que el individuo que tenes enfrente es demasiado estúpido para percatarce de tu tono indiferente y tu cara de traste, por lo que procederá a preguntarte lo siguiente: “¿Qué hiciste el finde?” Lo cual no tiene sentido. Ya que por más que le digas que te quedaste en tu casa viendo un documental de Koalas, o le digas que asaltaste un banco con una ballesta disfrazado de Power Ranger, el muy idiota se va a limitar a decirte “Ah, mira que bueno,” porque en definitiva no te conoce y por ende le importa un bledo lo que hagas con tu vida social. Pero bueno, parece que si no sacan el tema el ascensor queda trabado para siempre en el tiempo y el tipo va a ser incapaz de llegar a su casa.

Y que no te vayan a agarrar un sábado por la noche subiendo al ascensor con la bolsita del delivery porque inevitablemente te van a tirar una frasecita estilo:

“Je, vos sí que no te privás de nada, eh.”

“Mirá, con todo respeto, de lo único que me privo es de no mandarte bien a la mierda, porque cada vez que te cruzo me haces perder el tiempo con estas charlitas vecinales que la verdad ya me tienen las pelotas como dos Transformers. Pero bueno, permiso eh, chau, buen finde.”




4-La Familia

Con esta situación vas a tener que lidiar, la mayoría de las veces, en el ascensor de tu casa. Cuando tengas la desdicha de caer en las redes de alguna de las viejas chusmas del edificio. Esas que parecen vivir en los pasillos del mismo, siempre al acecho de alguna victima fresca a la que le puedan sacar todo tipo de información sobre tu familia.

“¿Tu mamá cómo anda? Hace rato que no la veo,” te va a decir en tono preocupado.

Y vos, que para las respuestas genéricas sos mandado a hacer, le vas a decir “Y ahí anda,” tratando de evadir rápidamente el tema, ya que sabes muy bien que lo más probable es que tu vieja seguramente prefiere bajar a la calle colgada de una sábana, antes que arriesgarse a usar el ascensor y toparse con alguno de esos seres de ultratumba.

“¿Y tu papá?” “¿Sigue trabajando?” “¿Y tu abuela?” “¿Y el perro?”¿Y el tatú carreta? Ah, ¿ya no lo tienen más? Que lastima.”

Creeme que si no te preguntan por tu primo lejano que vive en Mongolia es porque no le dan los pisos.



5-La tecnología

Este tema siempre es más peligroso cuando saben que tenés conocimientos en el campo de la informática.

Porque capaz un día te cruzaste con un vecino en el ascensor que justo te contó de un problema que tenía con la PC y vos lo ayudaste a resolverlo. Por lo que desde ese momento se empieza a correr la bola en el edificio de que vos creaste Windows, Android, y que hasta sos capaz de predecir el futuro.

Y capaz vos no sos un experto en el tema, y y no necesitás serlo. Pero gozás de ciertos conocimientos, y da la casualidad que justo ese día, que de ahora en adelante vos vas a recordar como “La vez que ayudé a ese pelotudo,” le explicaste como tenía que formatear la PC. Por lo que ahora cada vez que se topen con vos en el elevador, tus vecinos no van a perder oportunidad de hacerte todo tipo de preguntas, que, si bien en un principio estarán relacionadas con el tema, poco a poco, vas a notar que iran perdiendo el sentido.

“Che vos sobre motores de tractores no tenes idea, ¿no…? Porque justo tengo un problema...”