martes, 13 de diciembre de 2016

Recordando Fotolog

El siguiente artículo puede ser considerado como una especie de retro-review. Un análisis en retrospectiva a lo que fue considerado como uno de los tiranosaurios del internet, extinto ya hace bastantes años pero que indudablemente plantó las bases de muchas de las redes sociales actuales: el Fotolog. O Flag para sus amigos más cercanos.

Es importante aclarar que si en algún momento tuviste un Fotolog no tenes nada de qué avergonzarte, ya que para la época era lo más normal del mundo.

El problema eran las personas que decidían adoptarlo como mantra de vida. Obsesionados al punto de pedirle a cualquier ser vivo con el que se cruzaran en la senda cibernética que le firme el santo fotolog.

Y cuando digo “pedirle” me refiero a que en el mejor de los casos el espécimen en cuestión se iba a dignar a saludar. Por qué no era de extrañar que directamente nos mandara el enlace de su fotolog por Messenger seguido de un “¿me firmas?”

-Hola, ¿Cómo estas?
-www.fotolog.com/mefalla
-¿me firmás?

A esta rama torcida y mal formada del árbol genealógico de la naturaleza se la pasó a denominar floggers, quienes pulularon las redes con su lenguaje primitivo y limitado allá por los años 2007 - 2008 hasta su muerte en 2010. Caídos en batalla ante el ejército de Facebook, quienes ahora ocupan el trono de las redes sociales gracias a los gifs de gatos y al palo de selfie.

Seguramente vos, si tenés menos de 20 años, recostado en tu cama con el celular en la mano estarás pensando “bah, pero entonces, no cambió nada. La gente que usaba Fotolog ahora se pasó a Facebook. Es lo mismo.” Disculpame pero no tenes ni idea de lo que decís. Fueron épocas muy oscuras.

Vos podías estar lo más bien navegando por Internet desde la calidez de tu hogar, descargando pelis con el Ares a full, cuando de repente saltaba la ventanita del MSN al costado derecho de tu escritorio, vos la abrías y te encontrabas con uno de estos organismos de nula inteligencia solicitándote que le firmaras el fotolog del ojete.

En ese momento tenías dos opciones: o mandabas a la mierda al nefasto ser, o despojado completamente de todo lo que pueda llamarse dignidad y amor propio, accedías a firmarle el libro de visitas.
Recordas la sensación ¿no? Estar sentado frente al monitor trabado en la caja de comentarios preguntándote una y otra vez que corno escribirle al subnormal de tu amigo/conocido a fin de que te deje de romper las pelotas por lo menos hasta que vuelva a postear.

Era una situación complicada, ya que por lo general se estilaba a dejar breves comentarios. Un saludo, alguna que otra observación sobre la foto y nada más. Pero las fotos eran todas iguales. En todas salía el o la imbécil en el baño de su casa. El mostrando los abdominales como buen marcho argentino y ella frunciendo los labios al punto de que no lograbas discernir si tenía algún tipo de parálisis facial o simplemente lo hacía de pelotuda que era. Los dos por supuesto, siempre con su fiel amigo el inodoro de fondo.

Entonces vos terminabas optando por dejar un mensaje lo más formal y distante posible para reducir los parámetros de asociabilidad y evitar la desgracia de que que te relacionen con alguien cercano a esta persona.

“Hola Juanelo ¿Cómo estás? Espero que bien. Pasaba a saludar.”

Pusieras lo que pusieras no había escape posible a la idea de sentirte un pelotudo cuando terminabas de escribir.
Más que nada por el contraste que generaba tu mensaje en relación a las otras firmas que dejaba el resto.

Todas seguían un patrón que iba más o menos así:

“Me re paso”
“Ay me paso gordi”
“Besisssss”
“Hola, buen flog me firmas???”
“effeame por reverse”


El horror. A parte ¿por qué “buen flog”? Como si el tipo estuviese hablando sobre algo remotamente relevante. No, nada que ver todos eran lo mismo:

“Hoy salí de la escuela con los pibes y nos fuimos para la plaza. Nos quedamos un rato boludeando. Fue una tarde increíble nos reímos y sacamos fotos. Se los quiere.
Más tarde casa + ducha + cena. Día agitado el de hoy.”

Sí. Un forro.
 

Y como no mencionar al  famoso “effeame por reverse.” Esto era algo que se pedían los usuarios sin importar que llevaran conociéndose más de diez años o 0.05 segundos.
Básicamente era una herramienta que te permitía agregar X fotolog a una lista de favoritos para después poder visualizar todo lo que el usuario de esa cuenta iba posteando de manera más rápida.

A causa de un grave trastorno mental debido a la desatención por parte de los padres, quienes, presos de la vergüenza obviamente los ignoraban, estos seres iban por la vida pidiéndole a la gente que los agregara a favoritos para crear así la falsa ilusión de que tenían amigos.

Pero no era así. En el peor de los casos se juntaban a bailar electro flogger. Un pseudo muy entre comillas baile que practicaba esta gente y que consistía básicamente en cagarse en toda regla corográfica que pusiera existir dando pisotones alternadamente al ritmo de “¡mírenme todos, soy subnormal!”
Vos los veías y lo único que se te venía a la mente era: a) pobres, deben haber metido los dedos en el enchufe b) pobres, tienen problemas motrices c) pobres, tienen convulsiones d) les gusta pisar cucarachas.

La Madre Internet fue sabia y según ella esta gente debía perecer, junto con su electro flogger, sus chupines de colores y Cumbio.
 

Fotolog, garca mal amigo, en donde quiera que estés, tene la seguridad de que no se te extraña ni un poco. Nunca vuelvas, por favor.



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