martes, 27 de diciembre de 2016

Vegetarianismo: una visión realista y constructiva

Si nos acercamos a una persona común y corriente y le preguntáramos en que consiste ser vegetariano es muy probable que esa persona nos responda de manera simple y concisa que ser vegetariano consiste, básicamente, en no consumir ningún tipo de carne.

Ahora, ¿qué pasa si le hacemos la misma pregunta a una persona vegetariana?

En el 99.99% de los casos, la persona en cuestión va a sacar pecho y levantando la cabeza nos va a decir que ser vegetariano es más que una simple y mera elección. Que ser vegetariano es un arte, un estilo de vida y que sus actos son determinantes para el transcurso del Universo, actuando como instrumentos directos de Lechuzeus, el Dios de los vegetarianos.

El credo de esta gente es algo que me parece fascinante, o por lo menos me despierta cierta curiosidad ¿no? Es por eso que con el siguiente articulo pretendo hacer un análisis lo más completo y constituido posible sobre los perfiles más destacados que nos podemos encontrar entre estos organismos de vida, que sin duda, están a años luz de nosotros y de nuestro comportamiento asesino y barbareo.



Yo al menos puedo distinguir dos tipos de vegetariano. El vegetariano normal y el vegano.

¿Cómo los identifico? Te preguntaras. Bueno, déjame decirte que vos no vas a tener que hacer absolutamente nada. Es más, son ellos los que te van a encontrar.

Al normal lo vas a poder reconocer fácilmente porque el tipo lleva la cuenta exacta de los minutos y segundos que pasaron desde que decidió hacerse vegetariano. Y no va a escatimar en recursos para anunciarlo al mundo. Porque si no lo hace parece que se quedan sin oxígeno y mueren por hipoxia cerebral.

“Hace dos semanas y un día que no como nada de carne =) ”

Este tipo de estados nunca faltan, y ahí van a estar los amigos del sujeto, no sé si todos pero por lo menos los que logren lidiar la vergüenza que van a sentir al leer semejante pelotudez. Poniendo cosas como:

“Grosso,” “vamos que se puede,” “felicitaciones por el logro.” Boah. El logro. Como si el chabón hubiese ganado el premio MERCOSUR de Ciencia y Tecnología, dejame de joder.
Lo más tedioso es que no conformes con someternos a leer sus crónicas sobre la dicha y gloria de ser vegetariano, todos los santos días sin excepción alguna, el sujeto va a proceder a compartir artículos y videos en donde se muestra todo el maltrato por el que pasan los pobres animales. Cuando la realidad, y con esto pretendo ser lo más sensible y receptivo posible, es que a las personas no vegetarianas, les chupa un huevo el proceso por el que pasa el animalito antes de pasar por la parrilla y finalmente llegar a su plato.

Razón por la cual no necesito fumarme un documental de hora y media para que al final me digan que soy una mierda y que cuando muera una vaca humanoide me va agarrar a mazazos en el Infierno por toda la eternidad mientras Lucifer se toma una ginebra y mira con regocijo.

Lejos de ser instructivo con el material que compartís, entende que estas siendo irritante. 


A nadie le interesa saber cuáles fueron los motivos que te indujeron/inspiraron a hacerte vegetariano. Come toda la verdura que quieras, en serio. Pero en silencio, sin molestar a los demás.
 
Mientas tanto el vegano, es básicamente todo lo que acabo de mencionar arriba con la diferencia de que su dieta consiste en no solo dejar de consumir carne, sino cualquier producto de origen animal. Así como el queso y la leche. Porque todos sabemos que ponerle dos gotas de leche al café es un crimen y debería estar sancionado por la ley bajo la pena capital.

“Hoy casi compro un sache de leche en el super pero desistí al recordar el estrés psicológico al que son sometidas las vaquitas y que tranquilamente se puede vivir a base de semillas, cereales, nueces y avellanas.”

Sublime. El tipo es una ardilla, felicítenlo.



El problema se agrava aún más cuando nos encontramos con alguien así dentro de nuestro círculo social.

La idea de juntarse con amigos siempre está latente, pero al mismo tiempo limitada a causa de las obligaciones de nuestra vida cotidiana.
Cuando finalmente logran ponerse de acuerdo tras días de debate en el grupo de Whatsapp todo es felicidad absoluta hasta que se dan cuenta de que organizaron un asado para el próximo domingo y se estaban olvidando Carlos, el vega del grupo. Que problema che.

“Uy diculpá, cierto que vos no comes nada de carne. Mirá, tengo una lata atún. De ultima te la puedo mezclar con un poco de arroz ¿Te parece?” dice uno de los amigos con toda la buena onda del mundo. Sin embargo vemos que Carlos no solo dice que no, rotundamente, sino que se ofende.

“Me parece que sos un desubicado. Si vos no tenes problema en atentar contra la vida de las criaturas marinas es un tema tuyo. Yo jamás, y préstame atención porque cuando digo jamás es que antes prefiero estar muerto, sería participe de semejante acto tan ignominioso y repudiable. Asesino de mierda. Vos y tu familia,” grita el tipo blandiendo un cúter mientras lo sostienen entre cuatro.

Tranquilizate campeón, creo que tengo una bolsita de semillas de girasol en la cocina, pero por favor no nos hagas nada.

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