martes, 3 de enero de 2017

Tu show de fin de año aburre


"Año nuevo, vida nueva" dice la canción de Billo's Caracas Boys, e insipiraron a una generación de larvas que esperan a que los logros les caigan de arriba por obra y gracia del señor.

“Adiós 2016…preparate 2017.” El desasosiego que sentí al abrir mis redes sociales y encontrarme con mensajes de esta índole es algo que me resulta muy difícil de explicar con palabras. Era como si de un momento a otro el mundo hubiese enloquecido o como si todas las personas a las que conozco hubieran caído fulminadas, todas al mismo tiempo, víctimas de una gripe viral.

Porque uno puede entender (y hasta ahí) que por estas épocas se suelen poner de moda los sentimientos. Pero para todo hay límites, creo yo.

Una cosa es el típico personaje denso que por esas fechas, incapaz de contener el impulso emocional, se pone a etiquetar contactos de manera aleatoria en fotos con motivos navideños y de año nuevo; y otra muy distinta es pensar que hay un año predestinado especialmente para vos, en el cual vas a lograr todo lo que te propongas sin tener que hacer una mierda.

“Al fin se termina este año de porquería, ojala el que viene sea mucho mejor.”

A ver. Si yo me dedico todos los días a huevear por Facebook en busca de alguna imagen con alguna frase para compartir sin invertir mi tiempo en algo que me ayude a lograr un cambio radical en mi vida, lo único que estoy haciendo cuando llego a fin de año es copiar y pegar el mismo mensaje de todos los años pero cambiando el número.

Porque realmente hay que ser bastante ingenuo para creer que uno vino al mundo ya con una vida predestinada y que cuando la gente muere es simplemente porque “le tenía que tocar”. Que son simplemente personajes de relleno en un mundo donde vos sos el protagonista y andas a chochobo porque la vida es un Final Fantasy. Salame.

“A mi no me puede pasar nada porque antes tengo que ser jugador de fútbol.”
“Yo quiero ser bailarina. Es mi destino, lo sé.”

Para empezar ni el 2017, ni ningún otro año te debe más que 365 días. Días que vos vas a poder utilizar para realizar alguna actividad productiva para que a largo plazo te de sus frutos; o bien te los podes gastar sacándote fotos en Snapchat o viendo alguna de esas paginitas que todos los días te revela uno de los asombrosos misterios que esconde tu signo del ojete, para que vos después vayas como un boludo y lo compartas en Facebook así la gente se pone al tanto de que vos sos el elegido y que con Capricornio no se jode.

Y claro, te va agarrar fin de año de nuevo y como no hiciste otra cosa más que rascarte, una vez más te vas a encontrar actualizando tu estado poniendo “Que año de mierda. La vida me cagó. A ver que me trae el 2045.”
Mirá, si el 2045 fuese una persona seguramente lo único que te traería sería una patada en el culo y acto seguido te diría que largues el Maincraft y te pongas a laburar, lacra social.

Otra cosa que me llamo mucho la atención es el tema de las muertes de celebridades que hubo el último año. No las muertes en sí, porque personas mueren todos los días, sean famosas o no. Lo que me llamo la atención fue la pelotudez, casi a nivel colosal les diría, de atribuirle todas y cada una de las muertes al 2016.

“¡Uuuuh! mirá murió la princesa de Star Wars, que fuera de los memes no tengo ni la más puta idea de quien es pero de todos modos hagamos una movilización masiva para alertar al mundo de que el 2016 nos está matando a todos.”

Obviamente esto no tardó en viralizarse y convertirse en tendencia, por lo que las páginas de internet aprovecharon para empezar publicar muertes de personalidades que ni siquiera llegan a ser medianamente relevantes. Todo a fin de inculcar la idea de que el presente año también esta maldito.

“¡Nooo! ¡Mirá! Murió el que repartía el catering en el set de filmación de Terminator 2. La pucha, el 2017 se está llevando a todos.”

No boludo, la gente se muere todos los días. Lo que pasa que ahora los medios se ponen a googlear a ver quién se murió para después vendértelo como noticia, aprovechando que tenes el cerebro del tamaño de una almendra.

No sé ustedes, pero cada tengo menos fe en la humanidad y nada tiene que ver el año.

Feliz 2017.