domingo, 21 de octubre de 2018

Día Internacional del Sarcásmo

¿Se imaginan si existiera el Día Internacional del Sarcasmo?

Una fecha donde, como su nombre lo indica, nos veamos obligados a interactuar con los demás de una manera irónica y sarcastica.
Sinceramente creo que podría funcionar como un metodo terapéutico infalible. Que nos serviría para liberar estrés y al mismo tiempo nos brindaría la oportunidad de decir todo lo que pensamos sin la necesidad de ser grosero con nadie.

Sería algo más o menos así:

"Hola ¿como están? Espero de corazón que muy bien. ¿Que tal estuvo su día? El mío la verdad que estuvo fascinante.
 

Ya desde mi despertar, apenas abrí un ojo, lo primero que hice fue agradecer a la vida y al universo mismo, la posibilidad de poder gozar un día más en este mundo bello en el que me ha tocado vivir. La verdad soy un privilegiado.
Me vestí y me fui a trabajar, no sin antes saludar con un beso a mi madre y decirle que es la mejor del mundo y ojalá Dios me le de muchos años más de vida. A lo que ella respondió que me deseaba exactamente lo mismo. Que para nada se arrepentía de haberme tenido y que jamás me hubiera abortado de haber tenido la posibilidad.

Ya en la calle, me tomé cinco minutos para saludar a todos mis vecinos de la cuadra y preguntarles como estaban sus familias. Porqué el bienestar y la salud de gente con la que apenas cruzo dos palabras en el día -en el mejor de los casos- es de vital importancia para mí.
Ellos sonrieron y me dieron las gracias. Y además, me dijeron que es un placer tenerme de vecino. Sobre todo por mi buen humor y la luz que transmito. Obviamente también me dieron los buenos días y me dijeron que ojalá núnca sufra ningún tipo de accidente trágico.

A mí trabajo llegué bcastante temprano, así que aproveché para c cancctar unos capítulos de una serie que estoy viendo.
 

Pero claro, no fui el único en llegar temprano. Enseguida llegó un compañerito que me tocó el hombro e hizo que me sacara los auriculares porque me di cuenta de que estaba intentando decirme algo. Yo por supuesto, felíz de la vida, me saco los auriculares y me pongo a hablar con él. Porque si hay algo que me agrada y me genera placer es que me interrumpan para saludarme y preguntarme que tal estuvo mi fin de semana.
 

Yo le devolví la cortesía, preguntandole lo mismo en un tono que no sugería para nada que lo estaba haciendo por compromiso y que en realidad su vida me chupaba un huevo.
Mi compañerito me dijo que era muy amable y que esperaba con ansias el proximo asado que organizaría en su casa para poder invitarme. Que vaya tranquilo, que bajo ningún motivo, razón ni circustancia, contemplaría la posibilidad de envenenarme la comida. Ya que lo último que querría es verme retorcer de dolor en el piso al tiempo que vomito mis intestinos para finalmente morir, y después de eso organizar el verdadero asado a modo de festejo.


A la vuelta, cuando ya pensaba que nada podía hacer que mi día fuese aún mejor, me encuentro con la noticia de que había paro de transporte. Lo cual me pareció fantástico.
Porque no hay nada mejor que volvert a tu casa caminando 65 cuadras, así hacés algo de ejercicio.

Después de pasar por todo esto. Solo queda terminar el día de la misma forma que lo empecé. Agradeciendo al universo y esperar a que mañana pueda despertar una vez más para seguir disfrutando de este regalo hermoso que es la vida.
Los amo a todos."

Yo al menos me divertiría mucho, no sé ustedes.

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